Francino aprovechó los Micrófonos de Oro para mensajes indirectos |
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Brillante un año más la gala que se celebró en Ponferrada conducida por Luis del Olmo, alma de los premios, y María Teresa Campo, con Rubalcaba y Garzón como traca final. |
20 de abril de 2008 |
Luis del Olmo popularizó su ciudad, Ponferrada, a través del botillo -plato típico berciano- y luego la ha convertido en la capital de España de la radio. Primero con el Museo de la Radio, una joya situada frente a otra, el legendario castillo templario que enseñorea la ciuda. Y luego como alma de los premios Micrófono de Oro, que por sexta vez se entregaron en una gala concurridísima y lucida que se prolongó hasta casi las tres de la madrugada del domingo, transmitida en su integridad por Televisión Castilla y León, con una audiencia que superó los 203.000 espectadores. A todos sorprendió la acogida popular del acontecimiento, porque si ha sido siempre cálida y numerosa, este sábado tenía un hándicap que no lo fue: la lluvia y el tiempo desapacible. Pero nada impidió que cientos de ponferradinos rodearan bajo sus paraguas la alfombra roja para la entrada de vips y famosos, que no defraudaron la expectación creada. Junto a Del Olmo condujo la noche María Teresa Campos, dando paso a los premiados y a quienes entregaban el preciado galardón: Pepa Bueno, Jordi Hurtado (que destacó los once años que lleva con su programa en la teóricamente minoritaria La 2), El Gran Wyoming, Juan Ramón Lucas, Carlos Alsina, Severiano Ballesteros, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, etc., de entre los nombres más populares. Por parte de la sociedad civil fueron galardonados la aseguradora Mapfre, las Obras Misionales Pontificias y la labor de los 17.000 misioneros española, o el empresario de la comunicación José Luis Ulibarri, quien quiso dedicar e premio en particular no sólo a su mujer e hijos sino a dos de los profesionales de su grupo, Florencio Carrera y Francisco Temprano. Humo momentos estelares cuando Concha Velasco, también agraciada con un premio, se lanzó a cantar a capela el "No te quieres enterar, ye, ye, que te quiero de verdad, ye, ye, ye, ye" a un emocionado Del Olmo, o cuando Carles Francino y Alfredo Pérez Rubalcaba rivalizaron por arrastrar a los presentes a su respectiva afición culé y madridista. El ministro del Interior recibió su Micrófono de Oro de manos de Baltasar Garzón. Con el juez se rompió la norma de que sólo interviniesen los premiados, y dirigió unas palabras él también. El terrorismo estuvo muy presente en las palabras de Luis del Olmo y Alfredo Pérez Rubalcaba, quien afirmó que había decidido seguir en el cargo (es conocido que a José Luis Rodríguez Zapatero le costó convencerle) por las personas de todas las profesiones y partidos que sufren miedo en el País Vasco por culpa de ETA, y en particular por sus compañeros del PSE, víctimas ahora con especial predilección por parte de la banda. No hubo momentos de especial tensión como los vividos el año pasado por el premio a Federico Jiménez Losantos, pero Francino sacó a colación algo que le había dicho una oyente pidiéndole "dar caña" para proclamar que él defiende la pluralidad, la tolerancia y la competencia, y sólo está en el lado de los que no insultan, y en el lado contrario de quienes lo hacen. Todo el mundo interpretó que metía baza en la polémica mediática que enfrenta a la Cadena SER y a la Cadena COPE, que también fue premiada en la persona de Javier Llano, director de Cadena 100. Las actuaciones musicales que acompañaron la gala y la buena restauración que da fama a la gastronomía berciana redondearon una noche festiva y entrañable, que emplaza ya para el año que viene al mundillo periodístico nacional. |