Luis del Olmo recibe a 'La Vanguardia' en su casa en Roda de Barà
El sótano de la casa alberga una bodega de aire rústico en la que reposan 4.000 botellas | Hace 36 que Del Olmo divulga el nombre de Roda de Barà "casi tanto como el de Ponferrada"
Luis del Olmo es el periodista radiofónico más veterano de España, con 10.000 emisiones a cuestas de 'Protagonistas'. Hace casi 40 años que repone fuerzas en su torre en esta localidad en la comarca del tarragonès
Me cita "en el arco". Voy en tren hasta Comarruga y desde allí un taxi me deja en pocos minutos junto al arco romano de Roda de Barà. Ahí me encuentro con Luis del Olmo, recién llegado desde Barcelona, donde ha comandado de seis a diez de la mañana su Protagonistas en Punto Radio.
El arco de Barà está hoy ajardinado, pero Del Olmo recuerda cuando los coches pasaban por debajo, igual que hace 2.000 años pasó la vía Augusta. Erigido durante el siglo I a.C., hoy es patrimonio de la humanidad: "Durante la Guerra Civil quisieron llevárselo a piezas ¡y los del pueblo lo impidieron, azada en mano!", me ilustra Del Olmo, que cayó por Roda de Barà en abril de 1972. Cautivado por su clima, compró una parcela en una naciente urbanización "en lo que eran sólo campos de algarrobos que llegaban hasta el mar". Ahí edificó una casa que desde entonces ha sido su remanso de paz.
Propone enseñarme su feudo junto al Roc de Sant Gaietà, que es la costa de Roda de Barà. Subo a su Audi y me cuesta cerrar la puerta: "Pesa tanto por el blindaje, son 4.000 kilos de coche...". A Del Olmo ha intentado asesinarle ETA ya ocho veces, "dos de ellas aquí en Roda, pero la Guardia Civil detuvo a dos que están ahora en la cárcel...". Llegamos frente a su chalet y saluda a dos escoltas.
Ya dentro, nos recibe una ondulada extensión de césped, con piscina junto a un porche con mesa y barbacoa ( "ahí me siento yo a solas para reflexionar y tomar decisiones") y, al fondo, ¡un auténtico hórreo de los Ancares, de hace 200 años! Fue trasladado aquí pieza a pieza y ahí suelen jugar como indios los ocho nietecitos del radiofonista berciano.
La casa, muy espaciosa, proyectada por su hermano arquitecto, alberga en su sótano una bodega de aire rústico de la que Del Olmo se enorgullece, con motivo: reposan ahí 4.000 botellas de vinos, cavas, champanes y licores..., incluida alguna botella de Marqués de Riscal de hace 110 años ( "cosas que me regalan...") y muchos vinos del Bierzo, "que hoy son riquísimos, gracias al gran trabajo de Álvaro Palacios".
La casa está salpicada de cuadros y fotografías que evocan paisajes de su Bierzo natal y de Ponferrada, donde tiene un busto dedicado. "¡Pero soy también hijo predilecto de Roda de Barà, y aquí tengo también una plaza con mi nombre y mi busto!".
Se llama plaza Luis del Olmo, la preside una efigie suya de bronce macizo ( "el abuelito de hierro,lo llama un nieto mío… El escultor se excedió con la nariz, ¿eh?", bromea el esculpido) y desde ahí se ve el mar. Paseamos por el mirador y callejas del Roc de Sant Gaietà, una suerte de pueblo español habitado y junto al mar, como un micro-Sitges. "Mira esta callecita, qué pintoresca; mira esta placeta, qué bonita; mira ese patio andaluz, qué perfecto: mira estos pinos, qué preciosidad, ¡y tienes que ver esto en verano, qué bullicio...!", se extasía Del Olmo. Le encanta este lugar, hoy solitario, "pero que se animará con el nuevo puerto". Aquí tiene Del Olmo todo lo que necesita, incluidos buenos amigos con los que ir al Club de Tenis Barà o al campo de golf Costa Dorada, muy cerca.
Entiendo que este pueblo adore a Luis del Olmo: desde hace 36 años divulga el nombre de Roda de Barà "casi tanto como el de Ponferrada". En estas playas organizó durante 14 años la Expocanción de Roda de Barà, junto a Baltasar Virgili, su mejor amigo del pueblo, hoy presidente del Club de Tenis, al que me presenta: "Aquí nos moríamos de gana hasta que parcelamos terrenos y construimos casas para un turismo selecto", resume Baltasar.
Un paseo entre pinares, sobre acantilados, regala un espléndido horizonte marino y vislumbres de respetables casonas. En esta costa tuvieron amplias posesiones viejas masías como Mas Carreras, de la que hoy sobrevive una capilla. Baltasar custodia la llave, y nos abre (con 14 años fue peón en las obras de la capilla, en los años 40, a las órdenes de Jujol, discípulo de Gaudí): entramos, y Del Olmo pondera esta pequeña joya de modernismo gaudiniano, de coloristas esgrafiados.
En verano, Luis del Olmo no frecuenta la playa más que para jugar un poco con sus nietos ( "estoy a gusto en mi piscina"), aunque se recuerda hace años recorriendo las playas de buena mañana, para localizar a alguno de sus tres hijos que no había vuelto a casa a dormir tras una juerga...
A su entrañable feudo de Roda desea Luis del Olmo retirarse algún día..., "que será duro, porque los pies y el corazón se me irán cada mañana hacia la radio". Él sigue combativo: "¡Catalunya y los catalanes seguirán marcando la diferencia, por mucha basura que vomiten los Pedro J. y Jiménez Losantos!". Y remacha: "Barcelona es la ciudad más guapa de Europa, y el AVE llegará pronto y será un pasillo magnífico entre Madrid y Catalunya".
Para su día de retiro sugiero a Del Olmo que instale en su bodega un micrófono desde el que conectar cada día con su cadena de emisoras, Onda Rambla. "¡Sí, y lo titulo El rincón del yayo!",ríe... sin rechazar la idea.