A estas alturas ya nadie ignora que estamos inmersos en una profunda crisis que afecta a España y con especial crudeza, a nuestra provincia: carbón, agricultura y ganadería, sector industrial, autónomos…
También es universalmente aceptado que, para salir de la crisis, un elemento necesario e imprescindible es la buena gestión por parte de las instituciones; pero si en el caso de León la buena gestión es necesaria, ni mucho menos es suficiente.
Esta provincia, ya antes de la crisis mundial, tenía su profunda crisis estructural y su posición era muy desfavorable por factores como la despoblación, la baja actividad económica y la clamorosa falta de liderazgo político-social. Estos elementos regresivos siguen estando de actualidad y por eso no es suficiente una buena gestión, sino que hay que hacer algo más para resolver esas carencias estructurales.
Es imprescindible considerar esta crisis como el momento oportuno para optimizar las estructuras, ordenar los recursos y canalizarlos en la dirección adecuada a fin de prepararnos para salir de ella especialmente reforzados y no debilitados.
En Proyecto León pensamos que es prioritaria la elaboración de un Plan Estratégico para nuestra provincia: nuestro Plan Estratégico. Debemos decidir hacia dónde dirigir el “barco”, es decir, marcar los objetivos hacia los que encaminar nuestros esfuerzos.
Una vez tomada esta trascendental decisión, hemos de remar todos al compás y sin descanso para que “el barco” se mueva lo más rápidamente posible. Ahí sí encajarían eslóganes como “Vamos León” y otros voluntarismos semejantes.
Para realizar un Plan Estratégico como el que proponemos, se deben llevar a cabo una serie de pasos que exponemos a continuación:
- Conocer lo más exactamente nuestra situación actual bajo el prisma de la calidad de vida, es decir, realizar un análisis profundo de nuestra demografía, medio físico, medio cultural, infraestructuras, estructura económica, potencial tecnológico, etc.
- Definir muy bien a las personas e instituciones a quienes va dirigido y con las que se cuenta para avanzar. Los ciudadanos leoneses tenemos a nuestro favor una idiosincrasia especial a la que debemos sacar partido aunando los esfuerzos de todos para conseguir nuestras metas.
- Conocer en profundidad el entorno exterior del territorio y su comportamiento, o sea, quiénes y cómo nos pueden ayudar a mover el “barco”, aportándonos recursos o adquiriendo lo que nosotros generamos. Saber, en fin, en qué nos pueden ayudar y cómo podemos ayudarles nosotros a ellos.
- Ese conocimiento estructurado nos permitirá analizar nuestras debilidades y amenazas y sobre todo, nuestras fortalezas y oportunidades (lo que los técnicos llaman análisis DAFO).
- Con todo lo anterior en la balanza podemos decidir qué queremos ser o qué queremos que sea nuestro territorio en el futuro.
- Se debe, además, definir la estrategia a seguir para alcanzar los objetivos marcados.
- Por último, es imprescindible realizar un seguimiento de los resultados. Por este motivo los objetivos han de ser por necesidad medibles y se comprobará periódicamente su progreso y la idoneidad de la estrategia, introduciendo modificaciones si fueran precisas.
Aportaremos ahora algunos puntos de reflexión para avalar los argumentos que estamos exponiendo: uno de los problemas estructurales de la provincia de León, quizás el más importante, es el descenso demográfico, la despoblación, especialmente en el medio rural. Las causas para que se produzca ese fenómeno las podemos resumir en dos: carencia de servicios y debilidad de la actividad económica, que vamos a considerar independientes, aunque tengan cierta correlación.
La falta de servicios suficientes se da sobre todo en el medio rural. Los ayuntamientos, que tienen obligación de prestarlos, son en general, tan pequeños y débiles (existen 211 en la provincia para una población que no llega al medio millón de habitantes) que no pueden acometerlos en la cantidad y calidad que nuestro modo de vida actual requiere y las propias leyes estipulan. Ya tenemos aquí un problema -hoy muy de actualidad- para reflexionar.
En cuanto a la actividad económica provincial, recordemos algunos datos: La población de León entre 15 y 64 años, a 1 de enero de 2010, era de 323.336 personas, un 3,6% menos sobre el total que la media española debido a nuestro mayor grado de envejecimiento. De estas personas, a 31 de diciembre de 2010 cotizaban a la seguridad social 164.185, es decir, que solamente están en actividad laboral el 50,8% de las mismas, que son también un 3,6% menos que la media española, que a su vez es de las más bajas de Europa. Si alcanzásemos la media de España, tendríamos 11.640 personas más con actividad económica que, suponiendo que ganasen 1.000 €/mes de media, es decir, 14.000 €/año, supondrían un ingreso adicional para la provincia de 163 millones de euros. Y esto no es un subsidio exterior, sino un producto que generaríamos nosotros mismos. Esa inyección económica fijaría población y sería un gran impulso para el consumo y también para salir de la crisis.
Tenemos una provincia extensa y de población dispersa, y las soluciones que se planteen tienen que tener en cuenta esta característica; para desarrollar León no debemos potenciar solamente una o dos ciudades o solamente algunas cabeceras comarcales, sino que se debe impulsar todo el conjunto.
Debemos ir rechazando la idea, bastante generalizada, de que son las instituciones estatales y autonómicas a quienes corresponde resolvernos los problemas. Desde este punto de vista, los fondos de cohesión son una ayuda y no una solución, por lo que estamos obligados a pensar que esa solución la tenemos que aportar nosotros mismos.
Para Proyecto León, el Plan Estratégico debe ayudar a estimular a las empresas locales, a los emprendedores, a crear una fuerza laboral experimentada, a atraer empresas de fuera interesadas en nuestras potencialidades y recursos, y crear con todo ello ventajas competitivas a largo plazo.
Desde nuestro grupo de opinión, esperamos que las autoridades sepan recoger el mensaje y ponerlo en valor, y que la sociedad leonesa tome conciencia de que, si cualquier momento es bueno para empujar todos en la dirección adecuada, éste lo es en especial. La herramienta para lograrlo es la elaboración y aplicación de un Plan Estratégico.