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La Plaza Mayor del Bierzo a principios de siglo: «En un corto período de años construyeron un salto de agua y crearon el alumbrado eléctrico, llevaron a término la traída de aguas y construyeron el alcantarillado, hicieron posible la apertura de su centro de segunda enseñanza apoyando la instalación de unos frailes en el antiguo convento de la Compañía, dieron vida a un decoroso casino (del cual estaban excluidos los comerciantes) y en 1905 inauguraban un bellísimo teatro... En muchos de tales órdenes aquel pueblo se había anticipado a la capital de la provincia... y mucho antes, en 1883, con el mismo e inteligente manejo de la coyuntura política habían conectado al pueblo con la línea general ferroviaria mediante un ramal de nueve kilómetros. Con la extinción paulatina de aquellos hombres, el pueblo no tardaría en caer en una estéril decadencia señoritil». (R. Carnicer, «Las jaulas»).
