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EXTRAORDINARIO TRABAJO DE Imagenes panoramicas interactivas. - He seleccionado solo las del BIERZO.- En la pagina de sus autores puedes ver una coleccion completa rottodigital.com
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NOCEDA DEL BIERZO.

NOCEDA DEL BIERZO.
UN PARAÍSO TERRENAL

Describir los encantos y atractivos de Noceda no es el fin de esta breve guía pues, sin duda, quedarán bastantes sin enumerar y, además, lo mejor de todo será perderse por esta zona, al abrigo del Gistredo y enseñoreada por el Catoute.
El topónimo Noceda deriva del latino “nux” (nuez).Geográficamente, este municipio se encuentra equidistante de dos poblaciones bercianas importantes: Bembibre y Toreno. Los accesos desde ambas localidades han sido arreglados hace relativamente poco tiempo (2004). Desde Bembibre pasaremos por Viñales, Arlanza y Labaniego, antes
de arribar a la capitalidad del municipio nocedense.


El Ídolo de Noceda,esta en el museo arqueologico nacional de Madrid, es un “tótem” de la cultura ibérica. Representa una figura humana. Por un lado, el esquemático ser es dotado con un apéndice, propio de la masculinidad. En el reverso, se trata de compendiar la fememeidad, resumiendo así la naturaleza humana completa.

Los paisajes de Noceda son paradisiacos.

Los núcleos que componen el término de Noceda, además de éste, son: al oeste, Berciego, Robledo, Trasmundo y Villaverde y, al este, San Justo de Cabanillas y Cabanillas de San Justo. Simplificando mucho, se puede definir orográficamente Noceda como un espacio ocupado por un valle principal y varios secundarios o adyacentes con sus correspondientes mesetas. Aunque el árbol carismático de Noceda sea el/la nogal, abundan más los castaños, los robles y , en menor medida, las encinas (sardones, en berciano). Asimismo, los prados ocupan una parte apreciable del término municipal.


LAS FUENTES CURATIVAS:

La Ruta de las Fuentes Medicinales” se realiza todos los años a finales de julio, concluyendo en el Camping de las Chanas. Todas las fuentes o manantiales tienen sus propiedades, pudiendo hacerse alusión a la del Rubio (con oligominerales y bicarbonatada sódica), el manantial de la Salud (agua clorada y salutífera), la del Azufre (bicarbonatada mixta y con residuos rojizos),... Otras de aguas refrescantes, puras y cristalinas son las de Juan Álvarez. La Fuente Mía, la Fragua, la Reguera o El Canalijo. En la mencionada Ruta se ve un fenómeno impresionante: la Cascada de la Gualta, de 30 metros de altura con un Mirador de vistas admirables.
Cascada natural de Noceda del Bierzo

La Carrera de Burros es una programación inexcusable, al ser el único pueblo berciano que no ha perdido esta competición a pesar de la mudanza de los tiempos.
Algunos detalles que laman la atención de los nocedenses tienen que ver con la defensa medioambiental (¡No a los aerogeneradres en la Sierra de Gistredo!), consu respeto a la naturaleza (Arboreto o Jardín Botánico, impulsado por una maestra nocedense y que se ha declarado Parque de altura por disposición de la Junta). Son muchos los personajes que nos ha legado Noceda del Bierzo, pero sólo voy a referirme a las tres abuelas centenarias que coinciden en la receta para la longevidad: aire puro del Gistredo, agua de las fuentes cristalina y mucho trabajo. DINAMISMO SOCIAL:
Los nativos de Noceda del Bierzo, tienen un gran cariño a sus raíces y, como prueba, tres constataciones: el “magosto” multitudinario en la Plaza Mayor de Madrid, el dialecto berciano que hablan algunos jóvenes y mayores y la formación en 2004 de la Asociación “La Iguiada” que lleva a cabo una labor encomiable. “Iguiada” (en ancarés, aguillada): “vara recta de avellano en la cual se inserta una punta fina de acero para llamar a las yuntas o apurar el ganado”. Esto es lo que intenta hacer esta nueva Asociación que, sin embargo, lleva efectuado un trabajo en sus pocos años de historia que es necesario reconocer.
Sin querer agotar las múltiples peculiariedades de Noceda, es imprescindible hacer alusión a la Fragua del Furil, ya sin actividad, pero que no hace mucho desempeñaba un papel importante por la abundancia de animales de tiro y labranza, posteriormente utilizados para el “acarreo” del carbón.
Miliario Romano indicaba la situacion exacta de la calzada romana.
Haciendo un esquemático recorrido por la historia, podemos indicar que en este lugar es donde se concentra el mayor número de castros prerromanos de todo el noroeste peninsular. Por lo que cabe suponer que en la Edad de Bronce los pobladores habitaban los castros, bastantes de los cuales están situados en lugar elevado con una finalidad netamente defensiva y de control del entorno. Así, en el Museo Arqueológico y Etnográfico de Noceda podemos contemplar piezas de un cierto valor, empezando por la más representativa: réplica del Ídolo hallado en la localidad y cuyo original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, datado con 4000 años de antigüedad.
En la época romana, una vez instaurada la “pax eterna o augusta”, el ejército establece varios asentamientos militares: la finalidad era que, gracias a la explotación agrícola y ganadera, fuera un abastecimiento seguro para los 20000 “empleados” (milicia y esclavos) en las explotaciones mineras auríferas de Las Médulas.
Se estableció una calzada romana estratégica que, partiendo de Brañuelas, iba a finalizar en Vega de Espinareda.
De esta infraestructura, se conserva un Miliario que hace las funciones de pilar en la Iglesia de San Justo y un “Monjón” en la Quiruela.
En el año 1063 el rey Fernando I entrega esta villa al Obispo de Astorga.
El 10 de junio de 1168 el abad isidoriano Facundo otorga una carta foral a sus vasallos de Noceda, adjudicando los solares a dos pobladores de la zona, los cuales testaron a perpetuidad los fundos y propiedades en tercios al abad de S. Isidoro, a sus hermanos y a sus sucesores sustitutos.

EL HÁBITAT HUMANO:
Pueblo eminentemente dedicado a tareas agrícolas y ganaderas. Sus construcciones (casas) típicas eran de piedra del contorno, sus tejados de pizarra, con tres elementos habituales en el Bierzo Alto: puertas, ventanas y corredores tradicionales.
Las casas estaban alineadas con una cierta separación entre ellas, en cierto modo aisladas.
Fruto de este estilo de vida es la proliferación de molinos para harina y pienso para el ganado y las celebraciones que marcan el ritmo de las estaciones.

MONUMENTOS RELIGIOSOS:

Dentro de la variada arqueología religiosa, es de reseñar la Ermita de las Chanas –de estilo románico-, en cuyo interior se puede ver una interesante imagen de la Virgen con el Niño.

CASTROS PRERROMANOS:
Trece castros y siete explotaciones auríferas y minerales se observan a lo largo de la Cuenca del río Noceda: Castros de Ceruñales,la Forca, la Laguna, de Robledo de las Traviesas, del Río, Corón de S. Pedro, Fuentetorres, Valdequiso, Corón de S. Justo, Castro Rubio, Castro de Rivas, la Salina y “Llama la Sebe”.
A destacar, entre ellos, la Forca: enclavada en la parte superior de S. Juan de Villar, al borde del Arroyo de Rozas y teniendo al oeste al río Noceda. En su ladera, consecuencia de unas prospecciones realizadas por la Junta, se descubrió una necrópolis medieval.
Ocupa una posición estratégica de control y otea uno de los mejores territorios agrícolas. También es preciso citar al Castro de Ceruñales: a pocos metros de los Campos. Al norte, se divisan los parajes preciosos de Ceruñales y al sur “Llama la Sebe”. En este castro existe un pozo con una galería que conduce a una explotación minera, en la que se hallaron tégulas y restos de cerámica indígena.

LOS MOLINOS:
Actualmente se pueden visitar siete molinos, en buena parte restaurados y algunos aún en servicio, que componen la denominada “Ruta de los Molinos”.
El más renombrado es el llamado “del Medio”, ubidado entre otros dos (el de Fundeiro y el de Ampuero) en el Barrio-paraje de La Vega. Todos se servían del agua del río o acequias-presas, cuya fuerza movía las ruedas (molinos de rodezno). Se trituraba el centeno y el trigo recolectado en julio. La maja era hecha en agosto y la molienda posterior era, fundamentalmente, para promocionar pienso al ganado (harina y salvado).

COSTUMBRES POPULARES:
Las distintas pautas festivas, hace no demasiados años, eran marcadas por las tareas del campo y las épocas estacionales. Por ello, en todo el invierno, eran habituales los Filandones, donde se han de buscar algunos modismos y expresiones bercianas de Noceda transmitidas oralmente por generaciones. Quizá en ningún otro rincón berciano se vean con mayor nitidez ciertas formas bercianas, aderezadas con un deje asturleonés llamativo.
El carnaval tiene unas connotaciones, en cuanto al habla, particularmente significativas.
Llegado el verano, la siega, la maja y el ganado absorbían todo el tiempo. En tiempos difíciles, se trabajaba únicamente por la comida.
En septiembre, un hábito de los nativos nocedenses era la Cata de uva en el lagar, procediéndose por todos los asistentes a la degustación de vino, uva, mosto y roscón.
Las fiestas patronales eran muy queridas, y en ellas se cantaba y bailaba la Jota de Noceda.
EL Botillo, indiscutiblemente, constituía un acontecimiento especial. En nuestros días, una Asociaciçón de Jubilados y Pensionistas autóctona, con la ayuda del Ayuntamiento, convoca anualmente a su Festival del Botillo.

Articulo realizado por nuestro colaborador:
MARCELINO B. TABOADA
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Hontanares del recuerdo Ramón Carnicer

Hontanares del recuerdo

Ramón Carnicer

La consideración de la historia como maestra de la vida es una de las muchas afirmaciones carentes de sentido. Y ello porque la historia no es una entidad objetiva, algo que tengamos a mano, segura e invariable –como puede serlo el metro u otra unidad mensuradora–, para valorar lo presente y para anticipar los rumbos de un futuro más o menos inmediato. Los historiadores nos comunican hechos pasados recogidos de fuentes muy diversas, someten unos y otros a análisis crítico y llegan a conclusiones con las que construir la verdad histórica. Pero el proceso conducente a esta verdad está inevitablemente teñido por la subjetividad del historiador, por sus ideas, sentimientos y creencias, por la mayor o menor amplitud de su saber, por su concepción del mundo y de la vida, por su adscripción a esta o la otra escuela o entendimiento de la función de historiar. Ningún tipo de conocimiento humano está más sujeto a divergencias, rectificaciones, adiciones y sustracciones que el conocimiento histórico. Para traer una muestra próxima a nosotros bastará recordar, dentro de la historiografía española, la disparidad de criterios, la tremenda hostilidad personal de aquellos dos grandes y en muchos aspectos respetables energúmenos llamados Claudio Sánchez Albornoz y Américo Castro. Si esto ocurre a menudo en lo concerniente al pasado de una nación, es más frecuente todavía cuando la historia rebasa los límites de aquélla y se adentra en los conflictos, rivalidades y pugnas de dos o más poderes nacionales enfrentados o aliados entre sí frente a otro u otros poderes encaminados a las mismas conquistas o prevalencia hegemónica. Y si venimos a las zonas más espurias de la exposición histórica, aquéllas en que tal exposición se falsea al dictado de objetivos políticos estrechos –tal es el caso de ciertas versiones del pasado urdidas en torno a la actual organización autonómica de España–, la sorpresa alcanza límites escandalosos.

La conclusión a la que finalmente se llega es ésta: la historia es el más adulterable de los saberes humanos. Con todo, la indagación sobre el pasado es una de las constantes más frecuentes en el espíritu humano, porque para conocernos a nosotros mismos y saber en qué medida alcanzamos la condición de personas, necesitamos saber cómo fueron, cómo pensaron nuestros antepasados. Éste es el gran torcedor que aqueja a cuantos, insatisfechos con lo presente, siembran su mente de interrogantes y bucean a la busca de respuestas en las profundidades de lo pretérito. ¿Fue en este o en aquel lugar del mundo, En este o en el otro siglo o período donde se dio lo más auténtico y valedero de ese ser inquieto, ávido de perfecciones –en los casos más ejemplares– y siempre menesteroso al que llamamos hombre?

Lo antedicho podrá parecer desproporcionado respecto del encargo de presentar el Álbum del Bierzo que el lector tiene en sus manos. Pero no lo es si se considera que esta «fuente» de conocimiento del pasado, estas instantáneas de la tierra berciana están al margen de consideraciones descalificadoras y constituyen un inapreciable documento que excede sus límites geográficos y refleja una buena porción de la totalidad española de fines del siglo XIX y una parte del XX. Todas estas fotos fueron hechas antes de que la fotografía constituyera un elemento de expresión artística y se aproximara por ello al subjetivismo de la pintura. Responden a un propósito meramente documental. Mediante ellas asistimos, por ejemplo, a la paulatina conversión de la carretera de La Puebla ponferradina en avenida; a las distintas remodelaciones de su plaza de la Constitución, con persistencia de una tradición arquitectónica menor, junto con algún que otro desatino, como el de derribar uno de sus componentes, albergue un tiempo del Instituto, para erigir en su lugar un edificio que rompe la unidad, siquiera imperfecta, del conjunto. Contemplamos sorprendidos la perfecta armonía de las casas del Rañadero con su hoy desaparecida pavimentación, escalonada, de cantos rodados. Y aparte los elementos monumentales, con muestras ubicadas en toda la amplitud berciana, vemos la indumentaria de la gente popular (blusa, faja, gorra de visera o boina, alpargatas en los hombres; largas sayas, mantones y pañuelos a la cabeza de las mujeres). Y a la vez sombreros de copa, levitas, chalecos con muchos botones y ornamentos áureos en los favorecidos por la fortuna, y gran alarde textil en los vestidos y en los monumentales sombreros de sus señoras. Y junto con todo ello, festividades, ferias, mercados, con viejas romanas como instrumentos de peso, testimonios de oficios manuales hoy desaparecidos, mulos, asnos y la sorprendente aparición de los automóviles. Y acá y allá gente humilde, pordioseros, un muchacho tullido y apoyado en viejas y desproporcionadas muletas de madera... El desarrollo del ferrocarril y la expectación que producía su paso daban pie a que el paseo de la tarde se hiciera en los andenes de las estaciones; al arrancar, el tren correo dejaba en los paseantes una difusa nostalgia y permitía imaginar extraordinarias aventuras de quienes, con un guardapolvo amarillo, continuaban viaje hasta quien sabía donde.

Para los jóvenes resultará chocante sorprender a través de estas fotos unas formas de vida muy diferentes de las actuales. Para los que ya no lo son resultará increíble –en otro orden de cosas– la actual desolación arbórea del jardín de Villafranca al contemplar en el Álbum la perdida fronda de los grandes y copudos negrillos y los dos maravillosos, idénticos y altísimos pinsapos que crecían en él.

En este Álbum no aparecen registros dinásticos, batallas ganadas, armisticios, mariscales en pie de o a caballo, papas ni cardenales. Aparece sobre todo la estampa de quienes trabajan siempre, sufren a menudo y disfrutan de vez en cuando, es decir, los estratos que soportan a quienes desde los altos puestos de la vida sobresaltan con catástrofes y con pomposas vanidades la existencia de los de abajo, ajenos a interpretaciones petulantes del vivir y luchando de continuo por sobrevivir bajo las fantasías de quienes se consideran constructores de los destinos humanos.
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PRESENTACION



Presentación

Esta publicación que tienes en las manos, lector, es un aldabonazo de luz, una llamada de atención, una sacudida estética que nos devuelve la emoción de las viejas fotografías.

Durante cinco años, los autores han recopilado centenares de fotografías del Bierzo, han indagado en numerosos archivos y colecciones particulares, han rebuscado en las ferias y en las librerías de viejo. Acometieron este trabajo con pasión de coleccionistas, pero también con la voluntad constructiva de quien sabe que tiene en sus manos el frágil y delicado material de la memoria, constantemente amenazado por el olvido. Por ello, era preciso darlo a conocer.

Había que publicar esta obra porque no es una simple recopilación de fotografías más o menos antiguas y hermosas, sino también una llamada de atención sobre la necesidad de salvaguardar el patrimonio arquitectónico de nuestras villas y ciudades.

Este Álbum recupera la memoria fotográfica del pueblo berciano, a través de una colección de más de trescientas imágenes (1880-1936); magníficas postales y fotografías antiguas, acompañadas de textos explicativos sobre la historia, vida y curiosidades de Ponferrada, Villafranca, Cacabelos o Bembibre; sus personajes, ferias y mercados, fiestas tradicionales, procesiones, arquitectura, acontecimientos singulares, como la llegada del ferrocarril o el primer funambulista encaramado en la Torre de la Encina.

La presente contribución al enriquecimiento del patrimonio fotográfico de nuestra Comunidad debe entenderse, sin embargo, como una tarea abierta. Primero, el Álbum de Bembibre y, ahora, el Álbum del Bierzo, son los primeros frutos, a los que deben seguir otros. Los propios autores sugieren a los jóvenes estudiantes numerosas tareas pendientes para ir haciendo la historia de la fotografía berciana, que es, en definitiva, una parte muy querida de la historia de la fotografía castellano-leonesa.

Juan José Lucas

Presidente de la Junta de Castilla y León


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s2t2 -Luis del Olmo es distinguido como Berciano ilustre en Cataluña

Luis del Olmo es distinguido como Berciano ilustre en Cataluña


La Asociación de Bercianos en Cataluña (Asobecat) distinguirá al popular locutor Luis del Olmo con el título de Berciano Ilustre en Cataluña, coincidiendo con el festival del botillo que esta asociación de bercianos afincados en Cataluña celebran cada año. Según ha confirmado el presidente de la asociación, el faberense Cesar Argüelles. esta decisión fue comunicada hace unos días a Luis del Olmo, al mismo tiempo que, para darle el realce que el homenajeado se merece, la asociación ha invitado al acto al presidente del Consejo Comarcal, José Luis Ramón, y al alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco entre otras autoridades de la comarca. El Sexto Festival del Botillo y el nombramiento de berciano ilustre tendrá lugar el 7 de febrero La Asociación de Bercianos en Cataluña fue fundada en el año 2004. | m.e.
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A Ponferrada me voy

Esta es la mejor versión sobre esta popular canción berciana que encontre. Espero que todos la tengais en el ordenador. Disfrutarla
A Ponferrada me voy

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