Resulta que como Fernado de la Torre comunica que han hecho lo que se debe hacer con una sentencia firme, que es instar a su ejecución, Riesco responde que es un proceder obstruccionista. Hombre, eso viniendo de un alcalde al que se le pueden estar reacctivando los problemas que creía aparcados definitivamente, es comprensible, pero, como letrado que es, que afirme que cumplir las sentencias de la justicia es una obstrucción, no deja de ser la licencia propia de un ignorante. En vez de agradecerle a el GMS la consideración de hacer un planteamiento tan blando y no escarbar más profundamente en el asunto, porque hay donde escarbar, se marca las descalificaciones conocidas: de que si fuera por los otros, la montaña continuaría donde estaba.
Mejor sería, porque entre La Placa y Cuatrovientos, donde está ahora, y el lugar de procedencia, solo la separan unos centenares de metros, pero a cuenta de la aberración urbanística de la Rosaleda, de dos sentencias judiciales condenatorias y del procedimiento concursal más viciado y presuntamente corrompido de la historia de la ciudad; esto, por no hablar de los negocios ilegítimos y trapicheos que subyacen bajo esos negros estériles.
A Riesco, le debe preocupar que se sepa por cuanto, realmente, se podían haber sacado esos residuos. También, que se evidencie que no se sacaron todos, ya que muchos se pagaron y quedaron debajo de las infraestructuras. Igualmente que se sepa el porqué, si no tenían resistencia mecánica, se dejó una gran parte; y porqué, si no la tenían, motivo del tralado, se consienten edificaciones, sobre ellos, en su nuevo depósito.
Probablemente tenga que explicar, de una vez, porqué se paga por llevar los estériles, al lado, lo mismo que estaba previsto pagar cuando se dijo que iban a la gran corta de Fabero u otro vertedero, siempre extramunicipal. Probablemente toda esta salida del tiesto, de calificar de obstruccionismo la petición de una ejecución de una sentencia, sea porque no tiene ninguna respuesta coherente a esas dudas y a otras concatenadas, pero, muy probablemente, será porque teme que la responsabilidad económica de ese dislate va a acabar gravitando sobre los bolsillos particulares del consejo de Pongesur, que tomaron tan alegremente un acuerdo declarado nulo por sus vicios.
Debería ser menos desconsiderado con Fernado de la Torre, que tiene el detalle de no mencionarle que además de las responsabilidades civiles que resulten de las actuaciones siguientes, también se pueden derivar responsabilidades penales. No debe olvidar que el archivo de la querella por prevaricación, en las adjudicaciones a UFC, no cierra definitivamente, ni mucho menos, esa vía penal, maxime cuando ese archivo no tuvo en cuenta lo fallado previamente por el TSJCyL, que declaraba nulo el concurso de las adjudicaciones de las parcelas. Riesco está sentado en un barril de pólvora, la petición para instar a la ejecución de la sentencia de la nulidad de las adjudicaciones puede estar a caer y entonces, definitivamente, se sentará sobre todo un polvorín y con él, todos cuantos han tenido participación en esa decisiones.
Circula una leyenda urbana, con ánimo disuasorio, según la cual la petición de la ejecucción de esta sentencia de las adjudicaciones, podría perjudicar a los compradores de pisos en la Rosaleda, y eso no es cierto; los compradores de pisos están absolutamente blindados por una sólida doctrina del Tribunal supremo que protege a los terceros compradores de buena fe. La razón de extender esa desinformación, es otra: busca ser la coartada para impedir que alguién se anime a pedir esa ejecución. Y es que ahí está lo gordo: en las adjudicaciones y operaciones especulativas multimillonarias de dudosa buena fe. Cifras de lucro ilegítimo, que revertidas, como es de justicia, a las arcas municipales pagarían con creces la abultada deuda municipal. Pero ¿quién, le va a poner el cascabel a ese gato: el GMS, el Mass, o los dos en conjunto, que sería lo deseable?
José Antonio Gundín, el "pregonero 22", cerrando la intervención junto con sus compañeros. [Fotos: EBD.Com]
Todos ellos, de forma individual, saben ya lo que es pregonar las Fiestas de la Encina en Ponferrada, pero sólo esta vez han vivido la experiencia única de ser copartícipes del pistoletazo de salida a la edición de 2008, la del doble Centenario.
Actualizado el 05/09/2008 a las 02:36(CET)
De experiencia original y única se puede calificar el pregón de las Fiestas de la Encina de este año. Un año especial en el que se conmemora el Centenario de Ponferrada como Ciudad y el Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Encina. Y dado el cariz especial de esta nueva edición de los festejos, qué mejor que reunir sobre un mismo escenario a quienes ya han ejercido como pregoneros de los mismos: Celso López Gavela, Antonio Pereira, Daniel Gavela, Luis del Olmo, Mercedes Rodríguez Torres, Colomán Trabado, Raúl Guerra, Alfonso Rojo, Toño Criado, Juan Carlos Mestre, Amancio Prada, Consuelo Álvarez de Toledo, Ismael Álvarez, Miguel Varela, Mario Tascón, Mapi Galán, Pilar Tabares, César Gavela, Pepe Carralero, Miguel Rellán, Pichi Lucas y José Antonio Gundín. Un lista de 22, que realmente debería de ser de 23, pero nuestro gran académico Valentín García Yebra no pudo aceptar el compromiso por razones de salud. A última hora también se caían del cartel Celso López Gavela, Raúl Guerra Garrido y Miguel Rellán. En su ausencia, su correspondiente parte del pregón fue leída por Javier García -director de los Museos de Ponferrada-, Ángel Ossorio -Jefe de Prensa del Ayuntamiento de Ponferrada- y un miembro de la compañía teatral Conde Gatón, respectivamente.
[EBD.Com te ofrece una fotogalería de este evento. Para verla, clic aquí ]
Así las cosas, este ha sido el texto del pregón colectivo en el que han participado 22 pregoneros de ediciones anteriores de las fiestas:
Celso López Gavela Tal día como hoy, hace cien años, el Rey de España Don Alfonso XIII concedía a Ponferrada el título de Ciudad. Ponferrada era, en aquellos tiempos, una pequeña Villa que no alcanzaba los 3.000 habitantes; que se dedicaban fundamentalmente a la agricultura. Las tierras de cereales y las afamadas huertas de regadío, junto a los viñedos, habían sido su principal medio de vida. Pero estos últimos habían sido atacados por la enfermedad de la filoxera, que prácticamente los arrasó. El comercio, que abastecía a la Villa y a los pueblos de los alrededores, era otra de sus actividades.
Con tales antecedentes no parecía posible fundamentar una proclamación de Ciudad para Ponferrada, pero un grupo de ilustres ponferradinos lucharon hasta conseguir la Concesión Real.
Pensaban, y acertaron, que tal concesión despertaría las conciencias y voluntades de sus habitantes para luchar por un desarrollo futuro de Ponferrada, como así sucedió.
Antonio Pereira Por de pronto, la noticia de la Concesión Regia galvanizó el espíritu de los ponferradinos, que se aprestaban a disfrutar de esa plenitud del año que es setiembre con sus viñas estallando de sabores y colores y las castañas creciendo para el rito sabroso de los magostos.
También es verdad que aquel trascendental evento civil acontecía junto a la solemne coronación de la virgen de la Encina que concediera el Papa Pío X, con un ambiente nunca visto de mitras y galas de altos uniformes y la devoción o la curiosidad de centenares de bercianos y de visitantes foráneos.
La ciudad, sí, la ya ciudad emprendía un camino hacia su posición de urbe, que hoy, cien años después, es realidad en lo económico, lo político, lo cultural, lo urbanístico... Y a ello quiere referirse este Pregón coral, afirmación de orgullo por el presente y acto de fe en el porvenir de Ponferrada y de toda la Comarca del Bierzo.
Daniel Gavela Abella Seamos optimistas, motivo hay para ello: mamá cumple cien años, aunque en realidad ha ganado doscientos. Yo la conocí en los cincuenta.
Como un cowboy fornelo llegué a la Ciudad del Dólar, saltando del caballo al tren correo en un estrechón del Sil. Por entonces todo era lento, pequeño, oscuro y sufrido, menos el paisaje.
El paisaje apenas ha cambiado, si bien ya no hay postes del telégrafo ni guardias civiles apostados cada cien metros en la N-VI, esperando el paso del Caudillo hacia el Pazo de Meirás. La que se ha transformado es la ciudad que hoy cumple cien años en una victoria contra el tiempo: Ponferrada es hoy más joven, más guapa, más rica, tiene otras hechuras y es más emprendedora que aquella vecchia signora que se adornaba el moño con una oscura montaña de carbón.
A Ponferrada, como al buen vino y a la gente de fuste, le sientan bien los años y la libertad. Seamos optimistas. Por Ponferrada discurre el Camino de Santiago, el gran río de Europa, el único cuyo curso dibujan los hombres. Al viajero le basta con escrutar el vuelo de los grajos sobre los tejados o el ruido de los pasos para saber si la ciudad duerme o avanza. Oteo el horizonte de otros cien años, escuchyo vuestros pasos y oigo un grito que avanza por la calle del Reloj: “Juntos, Podemos”.
Luis del Olmo Es inevitable mirar la pasado para apreciar más el presente y diseñar mejor el futuro.
Es inevitable recordar aquella Ponferrada nuestra que se caía de vieja, Ponferrada tiznada por el hollín de una montaña que nos recordaba cada día la crisis de la minería y el pozo donde habíamos caído.
Aquella Ponferrada cerrada al progreso... sí, se detenía el tren de Galicia a Madrid y de Madrid a Galicia y uno podría hacer sus primeros pinitos radiofónicos entrevistando a artistas, pero el tren de la modernidad estaba a punto de pasar por nuestra estación a toda velocidad, sin detenerse siquiera.
Qué contraste, amigos, con esta ciudad de hoy, limpia, alegre, peatonal, moderna, convertida en núcleo universitario, ciudad comercial, polo de desarrollo, atracción turística, centro de imagen y diseño.
Es el milagro ponferradino, una faceta más del milagro berciano, que tiene en Las Médulas sus joyas de la Corona y junto con estas fiestas patronales cada vez más concurridas, tiene también la gran fiesta de la Comunicación, cuando Ponferrada se convierte en PonfeRadio y los Micrófonos de Oro hablan de la nueva edad de oro que vive nuestra ciudad.
De Pon-cerrada a PonfeRadio, de ayer a hoy... ¡Cuánto cambio! Pues mucho más habrá, amigos míos, mucho más, de hoy a mañana. Seamos optimistas.
Mercedes Rodríguez Torres Dicen que la suerte pasa una vez por tu puerta, pero en este caso, ha pasado dos.
Tuve la alegría de ser la primera mujer pregonera de las fiestas de la Encina en el año 1988, y hoy tengo la inmensa alegría de estar de nuevo con vosotros para poner mi granito de arena en este pregón compartido, al que llego con todos los recuerdos de una niña berciana, y que si entrecierro los ojos las sensaciones son tan fuerte que se vuelven presente.
La calle del Paraisín, El Castillo, el Rañadero, la Calzada, la Basílica... son algo más que añoranzas. La Virgen de la Encina que eligió Ponferrada para quedarse, ha viajado por todo el mundo en el corazón de cada berciano y hoy estamos aquí para celebrar el Centenario de su Coronación.
Este, no hay duda, es un año especial, con unas fiestas preparadas para que podamos disfrutar con alegría esos cien años y aunque nos sintamos, si cabe, especialmente orgullosos de ser ponferradinos.
Colomán Trabado Cuando nuestro Alcalde me llamó para darme la alegría, la responsabilidad y el honor de participar en este pregón, pensé que lo mejor era explicar qué significa Ponferrada para mí.
Ponferrada es mi ciudad, es la ciudad en la que crecí y que procuro ver en todas las que voy. En todas alzo los ojos buscando los altivos Aqulianos, con sus neveros en el invierno y su luz en el verano, en todas busco el generoso padre Sil, el cercano y sufrido Pajariel, en todas quiero oír las campanas de la Basílica y pasar por debajo de la Torre del Reloj. Por todo esto y por mucho más, Ponferrada es una de mis referencias, una de mis señas de identidad, soy y me siento ponferradino.
La nostalgia, quizá morriña, con la que los bercianos vivimos en la lejanía es un sentimiento que, por supuesto, yo también comparto. Este sentimiento me permite disfrutar intensamente cuando estoy aquí, cuando paseo por las calles de la ciudad y cuando enseño a mis hijos, con orgullo, sus rincones tan vividos por mi. Cuando aquí comparto el tiempo con los amigos presentes o cuando recuerdo, con cariño y echando de menos, a los que ya no están. Porque ellos también forman parte de mi Ponferrada. Mis amigos, mi gente, son Ponferrada.
Los bercianos somos afortunados, somos afortunados, somos ricos en referencias. Dejadme recordar, por fin, otra de ellas muy importante, uno de los motivos por lo que hoy estamos aquí. Se trata de nuestra Patrona, la Virgen de la Encina, cuya sola presencia, sin saber porqué, nos llena de emoción, somos afortunados.
Cuando “El año del wolfram” yo tenía diez años, se acababa en Europa el Apocalipsis y yo comenzaba a vivir los recuerdos de mis novelas.
Ponferrada era el río Sil circunvalando un castillo astral y templario.
Ponferrada era una leyenda: el oro de las Médulas, el wolfram de la Peña, el hierro de Wagner y Vivaldi, la utopía de romántica fabril de Lazúrtegui, la de altos hornos y bajos presupuestos.
Ponferrada eran las películas del oeste en el Bergidum y en el Edesa.
En el año de la inundación, cuando vadeé las aguas a lomos de un pollino, yo era Gary Cooper cruzando el río Pecos en busca de Camila Graciana.
Ponferrada era el bar del Turco, en donde mi tío Gonzalo llenaba la bota cuando salíamos de caza con dos perros que siempre se llamaban Zar y Sil.
Ponferrada era un partido de fútbol contra el Cristo Olímpico de Palencia, mi primo Lolo de medio centro.
Ponferrada era la nocherniega gloria de la mencía.
Ponferrada era una montaña de carbón, para mí la montaña mágica.
A los surrealistas les entusiasmaba escribir así los pregones, pasándose la bola de uno a otro, y a eso le llamaban un cadáver exquisito.
Alfonso Rojo Hay momentos de la infancia, cuyo solo recuerdo basta para embellecer buena parte de esos lances -tediosos, pesados, difíciles y hasta tristes- que tiene la vida.
Yo he recorrido mucho mundo, he vivido con intensidad y en ocasiones, cuando andaba arrastrando el culo por esos rincones del planeta donde la existencia cotidiana es un infierno y la gente parece compartir código ético con satanás, el recuerdo de esta ciudad y en concreto de esta plaza -que llamábamos El Espolón- me ha alegrado la vida.
Estoy encantado de estar aquí otra vez.
Toño Criado Como hace el Lambrión Chupacandiles después del entroido nosotros anunciamos el "encete" de las Fiestas de la Encina y del Bierzo.
Apelicamos la bola de uno a otro, metros arriba del río donde íbamos a pescar con "verxel" y "amargullabámos” para sacar las truchas de entre las raíces o debajo de las piedras.
Hace 100 años en esta plaza estaba la peluquería de Cabrero que ofrecía sus servicios a domicilio para extraer muelas, raigones, cortar cabellos y uñas gordas. La pastelería Romero vendía pastillas de café con leche "Castillo de los Templarios" y las tartas y ramilletes de los obispos. Los más pobres tomaban un "bolao", que era una especie de azucarillo aguado.
En las bodegas de Periquillas, Jambo o Tatolo se bebía el vino "a caramañola" y los asiduos decían "paseste por mi puerta, y estornudaste, estando yo allí entonces , ¿porqué no entreste?" Hoy el estornudo lo cambiaremos por los "fuerganos" y que las campanas de la Encina nos digan la hora mirando el cielo, porque ellas lo saben contando "el carrelín "de las estrellas.
BERGIDUM Cierva de oro, junto a qué ciegas columnas generosas os ha mirado la desolación triste del tiempo, qué otra eternidad bajo la tierra os ha rozado luz de la nieve, agua o hierba conocerán tus ojos si desde el abismo hacia lo alto una noche brillaran y confundidos por la luz entrara en ellos la fiebre o el gusano del otoño. Sobre le ara de un dios hundidos en el barro hemos ofrecido el corazón a los sarmientos, oh roja intemperie, ebriedad en llamas, quién derramará la roja lengua del vino sobre el mármol, piedra antigua que labra lentamente el desconsuelo. Aquí, en algún instante de este largo dolor las muchachas que dormían bajo las estrellas fueron lastimadas por el hermoso hielo de la muerte. Yo no sé qué rosas de acero crecen bajo el rayo de la noche, yo no sé qué posesión ni que caballos, esta ruina es generosa como el suave copo de las blancas ovejas, esta ruina y su órbita y los ojos abiertos de la nieve. Este es el árbol, el tallo de marfil de mis antepasados, la dignidad que silba desde el cielo.
Consuelo Álvarez de Toledo En este Bierzo de nuestros amores, cien años no es nada, pero tambien es todo. Cuanto cambio para bien el de esta ciudad de Ponferrada, ventana abierta al futuro de un Bierzo que enclava sus raíces en la historia.
Paso de peregrinos, lugar de encuentro, nudo del ferrocarril, embocadura de la minería, camino fluvial hacia Galicia, puerta de llegada de las tierras de Castilla, centro urbano de servicios para los bercianos del siglo XXI; todo eso y mucho más ha logrado esta ciudad de Ponferrada que celebra su centenario a la sombra de la Virgen de la Encina "Este es el árbol, el tallo de marfil de mis antepasados, la dignidad que silba desde el cielo" al que se refería con toda seguridad mi amigo y admirado paisano Juan Carlos Mestre.
Gracias por tanto a Ponferrada, desde las orillas del Burbia y del Varcálcel, desde la otra ciudad del Bierzo inacabado e inacabable que se llama Villafranca. Gracias mil a Ponferrada.
Ismael Álvarez Queridos ponferradinos, bercianos y visitantes: Hace once años, siendo Alcalde de Ponferrada, tuve el honor de pregonar las fiestas de la Encina. Hoy, este ponferradino de a pie, vuelve a tener el honor de participar en este pregón colectivo y telegráfico del Centenario de una ciudad a la que entregué cariño, trabajo e ilusión.
Porque aunque hacen falta ilusiones y esperanzas para hacer progresar a una ciudad, eso no es suficiente. Lo importante son los hechos. Pueden existir discrepancias con las ideas y con el verbo, pero lo hecho no lo levanta nadie. Con los hechos de muchas personas se ha conseguido una ciudad más habitable. Por la parte que me toca, humildemente predico que podría ser discutible mi labor, pero no el amor que hubo en ella. Y aunque no niego el dolor de la herida provocada por los que mataron dentro de mí una esperanza, igual que proclama para sí el poeta berciano Antonio González Guerrero, yo también creo que “mi memoria será la estela de un tiempo de verdugos”.
No puedo dejar de tener un recuerdo entrañable, un recuerdo de amor y de cariño, para muchas personas que no están entre nosotros.
Me gustaría aprovechar esta oportunidad para desear para Ponferrada y para los ponferradinos cien años de prosperidad, otros cien de felicidad y no menos tiempo de paso placentero por la vida, como pedía Fray Luís de León en un poema escrito en las paredes de su injusta prisión:
Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. ¡Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y, con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso, con sólo Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado, ni envidioso!
FELICES FIESTAS
Miguel A. Varela Dejemos en este pregón, leído a escote, un hueco para la especulación futurista... El 4 de septiembre de 2108, la poetisa ponferradina María Encina Silván Cabrera leerá el pregón del bicentenario pocos meses después de recibir el Premio Cervantes de manos del presidente de la IV República Confederal Ibérica, Carlos Felipe de Todos los Santos Rodríguez Borbón.
Desde el balcón virtual de la Casa Consistorial, la pregonera será presentada por el recién elegido alcalde de Ponferrada D.F., Joao Francisco Azcoitia da Silva, del PPP (Partido Progresista Popular), cuyo nombramiento ha sido muy comentado al ser el primer edil mulato de la capital del Estado Federado del Bierzo, descendiente de mineros caboverdianos de Caboalles y de un industrial de Ondárroa que hizo fortuna fabricando pastillas de extracto de botillo.
En su intervención, María Encina Silván reconocerá que su vocación literaria había despertado en las lecturas de los maestros Pereira, Mestre y Gavela, señalando que aunque no todo lo que ellos contaban era cierto, jamás escribieron nada que no fuera verdadero; y tendrá un recuerdo especial para aquel “cadáver exquisito”, en forma de pregón, leído en la Plaza Mayor de Ponferrada el 4 de septiembre de 2008. Su discurso incluyó aquella cita de Marco Aurelio que dice: “Quien haya visto el presente lo habrá visto todo: aquello que ocurriera en el pasado más lejano y también aquello que sucederá en el futuro”.
Y terminó gritando a la plaza: ¡Vivan las fiestas del bicentenario!
Mario Tascón Así somos los bercianos: no acabamos de celebrar el centenario de la capital y ya estamos hablando del bicentenario!!!
Pensemos en los próximos cien años.
¿Cuál será la mejor forma de honrar a aquellos que con humildad y trabajo esforzado han levantado en éstos últimos cien años la tierra que nos vió nacer?
¿Cómo seguir enseñando a nuestros hijos ese carácter estoico, esforzado y hospitalario, comprensivo con los demás y cariñoso con los menos favorecidos?
¿Cuál la mejor manera de continuar la labor de quienes desde las riberas del Camino de Santiago aprendieron a ser curiosos con todo lo que les traían quienes llegaban, a quedarse con lo bueno, con lo que merecía la pena?
¿Cómo al menos igualar a los que consiguieron trabajando de sol a sol en las huertas, los campos, las minas, el comercio y la siderurgia que se fueran instalando escuelas, teatros, hospitales, incluso -quién lo hubiera dicho hace sólo 25 años- universidades y autovía hasta Madrid y Coruña?
Si hasta, en cuanto nos descuidemos, aquel tren que fue también locomotora del desarrollo industrial de Ponferrada será sustituido por un AVE.
Un muy buen consejo para asegurar otros 100 años de prosperidad a nuestra tierra lo he encontrado escondido en una célebre frase de quien es uno de los pioneros de la informática actual, Alan Key, del que yo sospecho que tiene antecedentes bercianos, o, como mínimo, su abuelo debió trabajar en la Térmica, porque hay que ser de Ponferrada o del Bierzo para pensar así: "La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo". Inventémoslo bercianos..
Mapi Galán Y, la mejor manera de inventar nuestro futuro, es crearlo en el presente.
Y en nuestro presente, en nuestra cuidad, que ahora cumple 100 años y es todavía adolescente! Es increíble, tan llena de Vida que podríamos hablar al menos de otros 100 temas! No os preocupéis. Yo comentaré sólo DOS, que son especialmente importantes para mí.
El cine no es sólo entretenimiento, el cine puede generar mucha riqueza, es un medio que nos puede sensibilizar, es arte, una ventana abierta a la cultura y el aprendizaje. A pesar de que la Escuela de Cine no ha alcanzado sus objetivos, tenemos buenas salas donde ir a disfrutar del cine, y un festival que lleva el nombre de nuestra cuidad, cada vez mas importante, al que felicito y hay que seguir apoyando para que pueda también llegar al centenario.
Los bercianos somos muy afortunados de haber nacido en una Naturaleza privilegiada, y debemos cuidarla y preservarla para nosotros y para generaciones futuras. Vivimos en una nueva Era, y no podemos vivirla de la misma forma que antes, tiene que haber una evolución, un cambio, una nueva conciencia.
En la práctica, este cambio se hace poco a poco, día a día: Acostumbrarnos a reciclar la basura –tenemos que estar orgullosos de que Ponferrada sea pionera y premiada por esta iniciativa!-. Debemos controlar y reducir el consumo de agua.
SIN AGUA NO HAY VIDA! ...No es una moda o una tendencia, el ahorro energético en nuestras casas, en nuestro lugar de trabajo es una NECESIDAD REAL que tenemos que incorporar en nuestro día a día,… Así se construye el presente, para en el pregón del 2108 Mª Encina Silván Cabrera felicite a sus antepasados que hicieron el esfuerzo de cambiar, y Ponferrada y El Bierzo sean, si cabe, más naturales y más bellos que ahora!
Pilar Tabares Bueno, pues como Luis, con lo que me quedo de este cumpleaños de la Ciudad es con su marcada e indudable evolución...
Yo, como muchas de las personas que vivimos fuera de Madrid, antes, cuando contábamos nuestras vacaciones decíamos que veníamos al "pueblo"....
Ahora decimos bien alto y bien claro que venimos a Ponferrada, una ciudad a la que puedo venir de compras y encontrarme a las grandes marcas igual que en Madrid, puedo venir a comer y encontrar variedad de restaurantes de gente que apuesta por cosas nuevas, puedo venir a un museo que solo existe aquí, como es el Museo de la Radio, puedo venir a un concierto, porque no hay artista grande que no haya pasado por esta ciudad, y me puedo venir a una gala donde la asistencia de personalidades de todos los ámbitos es inigualable en ningún otro sitio de España (y créanme que de eso se un rato).
En fin, que me siento orgullosa de que Ponferrada, mi "pueblo", sea un sitio donde pasan cosas, así es que felicidades y disfrutemos de lo bien que le sientan los años. ¡Ponferrada, esta muy guapa!
César Gavela Ponferrada también es música. Y literatura. Palabra y sueño, historia y mito. Ponferrada es una voz en el tiempo, y hoy celebramos esa voz. Que es pública y también privada. Pienso en el hablar sencillo y duro de los obreros que tendieron el ferrocarril de Laciana. O en la voz patricia de don Julio de Lazúrtegui. En las palabras de esperanza de los políticos republicanos. En los gritos de los torturados en las cárceles de la postguerra. En los suspiros de placer de los enamorados de todas las décadas. En el júbilo de Santa Marta o del Toralín. En la voz cálida de Ignacio Linares. Ponferrada suena. Luego está el sonido más íntimo, el que nutre la memoria de cada cual. Y todas esas voces, juntas, hacen que la ciudad sea infinita.
La palabra de mi abuelo explicándome la Fuente del Azufre. La de mi abuela diciéndome que me pusiera un jersey aunque hubiera treinta grados. La voz grave de mi padre contándome cómo fue su infancia en el barrio de la Puebla. La de mi madre, voz de cristal que todo lo convertía en sueño, en misterio, en gracia. La voz de mis tíos que me contaban cuentos. Las risas de mis hermanos. Y el ruido de una sierra en la tarde del verano. Y el rumor de las aulas y los templos. La voz de las niñas guapas, de los niños intrépidos. El discurso de jóvenes iluminados, de ancianos heterodoxos. Es la música de toda la ciudad, que suena libremente, que sigue sonando. En ella vivimos, en ella vivo. Porque es eterna, porque suena en todas partes.
Pepe Carralero Sí, ¡increíble cambio el de aquella Ponferrada, que recuerdo, con el juego de la rana en el patio de la Fonda Tahoces, a la de hoy!
Del futuro también manifiesto mi optimismo, por espíritu activo y principio moral.
La visión de nuestro profeta Miguel Varela para el 4 de septiembre de 2108 no es mera especulación; se cumplirá. ¡Lo estoy viendo! Os diré por qué: Los hados propiciaron que el 2004, año en que pronuncié el pregón, la Reina de las Fiestas de La encina, fuese una bella y hermosa caboverdiana, cual escultura de ébano, a la que sugerí que ella o alguna de su nivel y estirpe, mezclase raza y color con berciano fuerte y joven, para vigorizar nuestra raza, y así evitar que el espléndido valle se amuralle, pues para ello basta con su privilegiada topografía. Al parecer me hicieron caso y a partir de ahí el Bierzo está caminando hacia el cumplimiento de la profecía vareliana.
Preparémonos un año más, además de para esta Encina, también para la repetición ritual de la vendimia, las castañas y el otoño berciano con su mágico, inefable, sutil y exaltado color en sus días nublados. Un año más bordearé el ascenso por el Oza, en mañanita para sorprender esas últimas hojas del castaño que, como monedas en el aire flotan entre la niebla, el sol y yo. Llegado a Peñalba, abrazo y desayuno con mis amigos Paco y Desiderio, pues la amistad es nuestro mejor patrimonio.
¡Viva la amistad!
Miguel Rellán De pregonero, le dije, de verdad que no me apaño..; pues ya me ha liado el tío dos veces sólo en tres años.
Y para colmo se inventa el pregón encadenado, donde yo salgo al final para mayor embolado.
¿Qué puede decir nadie después de los Pereira, Criado, Guerra Garrido, Del Olmo y todos los que ya han hablado?
¿Qué voy a añadir yo a lo ya escrito y cantado que no suene a repetido a refrito o a sobado?
Quienes me van a llamar puñetero y barrabás al oír estos versitos son los que vienen detrás.
Pero al seguir en el orden un famoso futbolero voy a terminar el pase del maestro Carralero.
Sin perder de vista a Lucas, buscando siempre el remate, me la llevo por la banda después de cuatro regates.
Y aquí se la dejo muerta para una vaselina que le saldrá con la ayuda de la Virgen de la Encina.
Y no me haga caso, Alcalde, que yo por dar el pregón hasta el año dos mil nueve me quedo en este balcón.
Pichi Lucas Después del gran gol y mejor pase de Miguel Rellán, pienso que estamos en condiciones de celebrar este gran centenario único, como única es esta ciudad en todos los contextos sociales, ecónomicos, deportivos...
Ponferrrada y la Deportiva crecen de la mano, al unísono, apoyados, protegidos y empujados por una afición de Primera división, si a eso añadimos que tenemos a la Virgen de la Encina iluminado nuestra fe, nuestro trabajo y, cómo no, nuestra ilusión, pregonaremos a los cuatro vientos que Ponferrada y su gente serán un vínculo de unión para estar aquí otro año festejando con todos vosotros un salto a otra categoría: La segunda división.
¡Felices Fiestas Ponferrada!
José Antonio Gundín Claro que volveremos a jugar en Segunda, Lucas, del mismo modo que juegan en Primera todos cuantos me han precedido y llevan el nombre de Ponferrada a la Liga de Campeones de la radio, de la televisión, de internet, de la prensa, de la música, de la literatura, de la pintura y del deporte.
Me corresponde poner punto final al pegón. Pero antes déjenme que rinda homenaje a quienes han hecho de Ponferrada la gran ciudad que hoy cantamos con orgullo. Déjenme que me incline ante la memoria y la figura de nuestros mayores, de nuestros padres. Muchos de ellos siguen en pie, vencedores de una época dura, sacrificada y oscura. Gracias a su coraje, a su capacidad de trabajo y a su fe inquebrantable en un futuro mejor, hoy estamos todos aquí para recoger su testigo.
La Ponferrada de hoy se la debemos a ellos; la de mañana, la del bicentenario, es obligación nuestra.
Y ahora, queridos amigos, gritemos todos:
¡VIVA LA VIRGEN DE LA ENCINA! ¡VIVA PONFERRADA! ¡FELICES FIESTAS!
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